Hace más o menos 10 años que escribí mi primera linea de código. Por aquel entonces, lo que molaba era PHP y creo recordar que para no calentarme mucho la cabeza, empecé trasteando con Codeigniter tras hacer el primer “Hola Mundo” y la primera calculadora de edad.
Un tiempo después, ya con título, puesto de trabajo y objetivos a la vista, PHP ha seguido siendo mi herramienta principal. Magento 2, su sistema de templates, y less para los estilos me han acompañado durante los últimos 5 años. Pero un día, después de investigar porque javascript, ese lenguaje sin tipado, orientado solo al cliente del navegador y lento, estaba siendo uno de los que más commits tenía en github, descubrí React.
Si, conocía la existencia de angular. De la versión anterior de angular, la que con cada versionado mínimo obligaba a refactorizar toda la aplicación, pero nunca había tenido la oportunidad de tocarlo. Me repuganaba, por todo lo que he dicho antes (aunque fueran prejuicios, claro).
Con React empecé a entender la reactividad, como esta estaba haciendo la web más rápida. Leí, escuché podcasts y vi videos sobre Next, la versión SSR de React, con la que el SEO ya no se resiente, porque el código fuente tiene lo que se renderiza.
Y poco después, Vue. A mi entender, muy similares. Sigo sin ser para nada un experto. Al principio, Vue no me gustaba. prefería encapsular un componente entero como el JSX de react